¿Qué significa ser adulto/a?

¿Sabías que las tres causas principales de rupturas en las relaciones de pareja son debido a problemas económicos,  sexuales  y problemas con la familia de origen? ¿Es tu caso?

Para que una relación funcione es primordial que haya dos adultos, cuando en una relación uno o ambos miembros todavía son hijos los roles serán de mamá-hij@, papá-hij@… Así podemos decir que ser adulto/a significa ser independiente emocionalmente, económicamente y sexualmente. Entonces si la relación no se da entre dos adultos habrá que construirlos Y NUNCA ES TARDE… Y esta construcción se puede hacer en solitario o dentro de la misma relación, no siempre es necesario cortar lazos, hay que verlo. ¿Por qué digo que para amar se necesitan dos adultos? Porque un adulto que sigue siendo hijo es una persona que no ha recibido en su niñez lo necesario para su salud emocional y lo va a estar reclamando a la pareja o huyendo de eso; amor, confianza, seguridad, escucha profunda, límites, tiempo, dedicación, aceptación,…

Así pues, el amor no significará lo mismo para una persona que se ha sentido amada en su infancia que para otra que se ha sentido sobreprotegida, invadida, controlada, maltratada, abandonada, etc. Una persona que tiene una buena relación con el amor sabrá que el amor es nutritivo, reparador, calma, da paz, etc mientras que una persona que tenga una mala experiencia en relación al amor es posible que lo sienta como pérdida de libertad, agobio, cárcel, peligro, amenaza, cursilería, aburrimiento, infantil, …

Según como hemos creado nuestros primeros vínculos con nuestra madre o esa persona que hiciese de figura materna, que es nuestra figura de apego, es que se forman los 4 tipos de apego en las relaciones:

– Apego
seguro (una madre que ha podido estar por la crianza, que ha podido generar un vínculo entre madre e hijo/a, que el niño/a ha sentido que podía confiar sus sentimientos, necesidades, afectos en ella y eso ha generado en la persona un sentimiento de seguridad y confianza en el amor.
– Apego ansioso o ambivalente (esas madres que por cuestión de trabajo o aspectos psicológicos a veces están y a veces no, no sabiendo el niño o niña si va a poder contar con ella siempre o se va a poder sentir abandonado)
– Apego desorganizado
(cuando hay caos emocional, mucho stress, hiperactividad, fiesta, adicciones, esas madres que necesitan socializar mucho y estar con mucha gente, etc.)
– Apego evitativo (cuando la madre es una madre fría, distante afectivamente, o desconectada de sus sentimientos o ha habido muchos hermanos o pocos pero muy seguidos y el niño/a no pudo recibir toda la atención necesaria, una madre que ha trabajado mucho y no ha podido atender a su hijo/a, etc.)
El padre también interviene en esta crianza pero ahora me centro en los tipos de apego de nuestra primera infancia. ¿Puedes imaginarte cómo puede ser la relación entre dos personas con tipo de apego ansioso y evitativo? Ya te lo digo, de mucho sufrimiento, y entre dos personas de tipo evitativo? Imagínate las posibles combinaciones o mejor aún, haz un repaso en tu historia y observa qué tipo de pareja has buscado y qué tipo de apego eres…


Y es en esta combinación de posibles relaciones donde se tejen nuestros miedos, conflictos, carencias, creencias, celos, inseguridades, necesidades insatisfechas, etc.
 
Sabemos que una persona que no se sienta adulta siempre albergará dentro de sí esos sentimientos infantiles no expresados de inseguridad, frustración, impotencia, dependencia, sentimientos de inferioridad (aunque pueda compensarlos con aires de grandeza), envidia, prejuicios, resentimientos hacia esos progenitores que no acompañaron su crecimiento y autonomía. Como en esta sociedad a los niños se nos educa para complacer a los adultos (para ser sumisos) ahora de adulto buscará a personas que se parezcan a mamá o papá para seguir sometiéndose o buscará personas totalmente diferentes (pero que en el fondo es lo mismo) para poder dominar y no sentir el dolor, miedo, enfado, … que vivió en su infancia. Toda hostilidad expresada o callada a la pareja nunca es hacia ella, es a veces hacia uno mismo y a veces hacia ese progenitor que no maduró emocionalmente y que cometió el abuso, la invasión, el agobio, la sobreprotección, el control, el abandono, el maltrato, la ausencia, la dependencia…

Usamos esta información NO para competir con nuestra pareja sino para sanar aquello que nos unió a él/ella y crecer al niño o la niña que fuimos y todavía llevamos dentro. Si te ha interesado este texto puedes ampliar información con esta lectura: MANERAS DE AMAR – Doctor AMIR LEVINE y RACHEL HELLER.

Toda crisis viene para resolver aspectos nuestros inconscientes, viene para sacudirnos y hacernos evolucionar. Si necesitas ayuda individual o de parejas atiendo en Girona, Barcelona y online.

Un abrazo… Sigamos creciendo…

Esther Farga

Sexualidad consciente

Sexualidad conscienteMuchos de los problemas sexuales de impotencia, eyaculación precoz, anorgasmia, falta de deseo, incluso infidelidad, derivan de la dificultad por parte del hombre o la mujer en entregarse en la relación afectiva a un nivel profundo, abandonarse al control, implicarse en la relación de pareja e incluso en dónde y en qué cantidad invierten su lívido, energía. Otras personas basan la sexualidad en un intento de proteger su imagen, demostrar virilidad, en detrimento de disfrutar de un acto de entrega, amor, erotismo, sensualidad, caricias, ternura,

Tenemos por un lado a la televisión con sus anuncios publicitarios siempre en distorsión de lo que es realmente la feminidad o la masculinidad auténtica y madura, la pornografía y el mensaje de que ambos miembros deben llegar al orgasmo al mismo tiempo, los multi orgasmos femeninos, la super virilidad del hombre, por no hablar del tamaño del pene y de los pechos,… No hacen más que crear metarrelatos en la psique humana de difícil salida creando adicciones,  infidelidades, roturas de pareja, falta de comunicación, frustración, aislamiento, soledad…

Este artículo pretende dar otro enfoque a esta sexualidad distorsionada que los medios de comunicación y la propia cultura social pretende difundir.

Existe una gran tendencia a no comunicar a la pareja las necesidades afectivas o preferencias sexuales. A muchas personas les cuesta salir de su timidez, miedo y les resulta difícil expresar sus afectos por miedo a ser abandonados, rechazados, ridiculizados, incomprendidos,… A algunas personas les falta vocabulario emocional para poder poner nombre a lo que están sintiendo, expresar su tristeza o su felicidad respecto a la persona amada, así que a veces guardan lo que tienen en su corazón o en su mente y cuando consiguen poder expresar aquello que estaba retenido la comunicación resulta demasiado fuerte, violenta, haciendo culpable al otro, reprochando, censurando,… Y por lo contrario si no expresamos nuestros afectos puede generar en la otra persona inseguridad, desconfianza, …

Con el tiempo y el paso de los años las personas van soportando situaciones a veces traumáticas, dolorosas que incluyen los celos, las infidelidades, las humillaciones, … En ocasiones malos tratos físicos y psicológicos, así muchas parejas tienen que soportar cargas de la historia pasada de su pareja. Por ejemplo a la mujer seguramente le costará olvidar que los hombres son mentirosos, infieles e inmaduros. Él se protegerá pensando que no se puede confiar en las mujeres, que son unas manipuladoras, víboras e interesadas y que en cualquier momento lo pueden abandonar e incluso humillar sexualmente.

Pero a pesar de todo esto, hombre y mujer (en relación heterosexual) se buscan innegablemente y sin cesar para alcanzar esta alquimia, la unión de las almas.

Lo que yo hago en la terapia de parejas es hacer tomar consciencia a cada uno de lo que es suyo para que pueda tomar responsabilidad de sus necesidades y afectos y no proyectarlos en el otro. Lo femenino y lo masculino son dos opuestos de la misma moneda, el yin y el yang, el sol y la luna, la noche y el día, y por tanto traen la sombra dentro de la relación de pareja, los contrarios, y la sombra a menudo trae el dolor, ahí radica el crecimiento y la mayor transformación alquímica. Cuando se comprende la naturaleza de la diferencia entre los sexos, se puede aprender a usarla en beneficio de la pareja y de la relación pues ambos traen unos dones innegables y de suma honra; lo que le falta al hombre la mujer lo tiene en demasía y viceversa. Aprender cómo hacer de las diferencias una ventaja para la relación, aprender cómo esas diferencias pueden satisfacerla en vez de erosionarla o gastarla, es de lo que trata la terapia de parejas.

La sexualidad femenina

Puesto que la necesidad de intimidad es tan básica para las mujeres, es necesario que cada mujer la defina por sí misma

yin y yang

 y luego comunique su significado personal a su amante. Esto no es tan fácil de lograr. Por naturaleza y físico, las mujeres son introvertidas desde el punto de vista sexual; contienen su sexualidad. Sus órganos sexuales, sus zonas más sensibles son internas y están protegidas. No es difícil comprender cómo podría afectar esto en la habilidad de la mujer para hablar sobre sus sentimientos sexuales más profundos, de lo reservada que podría sentirse respecto de ellos. Pero una mujer tiene que hacer que su amante comprenda lo que significa la intimidad. Cuando lo consiga, su esfuerzo le será recompensado mil veces.

La sexualidad masculina

La naturaleza sexual del hombre es fundamentalmente extrovertida y proyecta muestras físicas obvias sobre lo que le excita. Dicho de forma simple, el sexo excita a la mayoría de los hombres. El sexo les hace apasionados. Los hombres aman el sexo: les encanta dos cuerpos desnudos y entrelazados juntos y se vuelven locos con las mujeres que aman el sexo.

La mayoría de las mujeres desean una experiencia de amor sentido de corazón o lleno de alma; la mayoría de los hombres quieren una experiencia glandular. Así aparecen dos opuestos, y si iniciamos una lucha de poder, algo bastante frecuente dentro de la relación, el más fuerte o el que domina más dentro de la relación se lleva a su terreno el tipo de sexualidad o relación en la que se identifica y el que se somete tarde o temprano acumulará rabia e indignación por la falta de elección. Si el hombre y la mujer además de comprender, aceptan estas diferencias entre género ambos pueden crear un tipo de relación en donde el respeto, el amor, la inclusión estén presentes y se completen. Si una mujer se siente amada y respetada en su tiempo, ritmo, ciclicidad interna, será sumamente erótica y sensual, jugosa, apasionada, amorosa,… pero cuando falta la intimidad es difícil para muchas mujeres sentir pasión o estar satisfechas, y cuanta más intimidad falte en una relación, más desapasionada e insatisfecha, sola, se sentirá la mujer.

En la terapia de parejas doy herramientas para fomentar esta intimidad. Una de ellas es introducir la respiración consciente paraAbrazo de cucharita abandonar la mente y bajar al cuerpo y sentir; sentir el cuerpo físico y el emocional, el energético en uno mismo y en su pareja, también trabajamos con distintas posturas, abrazos, para crear un espacio de intimidad entre ellos en donde los amantes puedan darse y recibir energía. Trabajo con la mirada y otras técnicas que ayudan a crear intimidad y que luego pueden aplicar en su hogar y nido de amor.

Continuará… Y hablaré sobre la anorgasmia vaginal femenina, la ley de atracción, polaridad entre géneros, el yin y el yang en el acto sexual y muchas cosas más… En breve…

Puedes contactar directamente conmigo y solicitar información…

Esther Farga

Analista Psico Corporal